miércoles, 25 de agosto de 2010

Introducción

Este trabajo está pensado al estilo de las Aguafuertes de Roberto Arlt, tratando de reparar en lo cotidiano a través de la creación de un personaje ficticio con una ideología muy marcada, sin fisuras ni contradicciones, forjada por comunicadores que alimentan y enriquecen sus ideas e ideales. En el texto se tocan tres temas claves y se esbozan las visiones de un grupo de personas que se reúnen a diario en un bar para intercambiar opiniones de una forma muy superficial y poco reflexiva.

Los tres temas que se desarrollan en el texto se basan en contenidos que se tratan o han sido tratados por los medios de comunicación con preconceptos bien marcados y las mayorías de las veces de una forma poco profunda y muy mediatizada, generando en el grueso la gente una opinión publica de las mismas características.

El primer tema gira en torno a Chiche, un indigente que deambula por las calles de la ciudad de Rosario y hace pocos meses los medios de gran parte del país, Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Córdoba, Salta, entre otros, sostuvieron que Chiche era el ciruja más famoso de la Argentina ya que poseía una página en Facebook con una cantidad asombrosa de fans, que para estos días supera los 19.000, lo compararon con Cumbio y llegaron a proclamarlo el nuevo ídolo de los floggers. Esta manera tan precaria y superficial que los medios utilizaron para mostrarlo en algo así como una nota de color, dejo totalmente desprovista la verdadera necesidad de esta persona, aportando una visión totalmente distorsionada para gran parte de la sociedad.

Los dos temas restantes que me parecieron interesantes tocar y que son tratados asiduamente por los medios de comunicación, giran entorno a las personas adictas a las drogas y delincuentes y la visión negativa de la opinión pública acerca de una posible recuperación e inserción a la sociedad.

En este trabajo se tratará de mostrar, otro punto de vista frente a la opinión que la mayoría de los medios esbozan sobre estos temas. Para esto se presenta un nuevo reto, buscar datos e investigar mas profundamente acerca de detenidos que buscan poner fin a esa etapa oscura de su vida y ex convictos y adictos recuperados

Como primer paso me contacté con Juan José, un ex adicto para que me relatara
su incursión en la droga, su paso por un instituto de rehabilitación y su nueva
vida.

Como segundo paso tenia que encontrar a personas que delinquieron y querían recuperarse o se habían rehabilitado. Para ello me contacte con Eduardo Rivello pastor protestante, que hace más de dos décadas esta trabajando en las cárceles de la provincia. Más allá de la fe, lo más importante era que estas personas carentes confianza hasta en los miembros de su propia familia se aferraran a algo para intentar cambiar sus vidas y dejar de delinquir.

Eduardo Rivello me contactó con Ángel y Hernán, dos ex convictos que hace aproximadamente 3 años que están en libertad y ahora visitan las cárceles para transmitir sus vivencias a los internos, tratando de alentarlos y convencerlos que afuera es posible vivir sin delinquir. Luego visité el pabellón de la comisaría Sub.19 ubicada en barrio Las Flores de la ciudad de Rosario. Donde tuve la oportunidad de entrevistar a los 14 internos que están recluidos en la mencionada dependencia. Cabe destacar que todos los convictos profesan el evangelismo y creen que la fe es su única salvación.

Todas las entrevistas realizadas, más un intento de acercamiento a Chiche, el linyera de Boulevard Oroño, se pueden leer en la sección Anexos de este trabajo.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Un día más en la vida de Hugo

Un día más en la vida de Hugo, no comenzó muy diferente a ayer ni tampoco a mañana, siempre se levantaba pronunciando la misma frase, aparentemente se la decía a si mismo y a su señora, que en los últimos veinte años no la había escuchado por estar dormida, pero sabía cual era, bien que la sabía.
-Una vida legal es una vida digna y una vida digna es una larga vida –esa era la frase y la declamaba a viva voz, tan fuerte, que a su vecino de enfrente le servía de despertador.
Hugo se creía feliz y estaba convencido de ello, su verdad no tenía contradicciones y se forjaba junto a grandes comunicadores que lo hacían razonar muy convincentemente.
Una vez despabilado y después de tomar unos mates junto a su mujer, Hugo se dirigía al garaje, encendía el motor de su Siena y casi al unísono prendía la radio, que desde hace mucho tiempo estaba en sintonía permanente con Radio 10, ya que él era fiel oyente y uno de los que conformaban ese cuarenta y pico de audiencia del que por ahí se hablaba.
Cinco a diez minutos, era el tiempo que tardaba en calentar su auto, antes de partir por las calles de la ciudad, una ciudad totalmente desarrollada para él y sus menesteres. Alguien, como de costumbre, lo paraba por allí o por allá y Hugo como era muy sociable no tardaba en comenzar a charlar y de un plumazo resolvía los problemas más complicados que le sucedían a la ciudad, al país y al mundo. Parecía todo un político, quizás un concejal, el intendente, un diputado o senador, pero no, nada de eso. Hugo era taxista de profesión, podía enunciarnos sin respirar cada una de las direcciones de todos los hospitales municipales, provinciales y dispensarios, de las veintitantas comisarías y enumerar cada una de las cortadas y pasajes, que no conocía ni el propio vecino, era el sabedor acérrimo del recoveco más perdido y ese era solo el comienzo.
Al acercarse las seis y media de la tarde Hugo procuraba terminar con el trabajo y llegar al bar donde se reunía con sus colegas para adentrarse a las famosas charlas de filosofía que terminaban cerca de tres horas más tarde. Una vez más como todos los días y ya sentado en la mesa elegida compuesta por Carlos, el Chino, José, el Patón, asiduos concurrentes y algún otro que se sumaba, comenzaba el clásico y elocuente debate.
-¿Vieron lo de Chiche? El ciruja de Oroño, ahora parece ser la estrella de Internet –afirmó el Patón con su característica áspera voz.
-Ese si que la pasa de maravilla mirando las palmeras y los pajaritos, sin pagar impuestos y sin laburar, yo diría es el más bacán del centro –dijo el Chino de manera sarcástica para comenzar la discusión.
-Ahora famoso ¿Se imaginan? Se lleva todos los laureles, quizás salga en el programa de Polino, vaya almorzar con Mirta Legrand y con toda la platita que gane en la tele seguro se compra un taxi y nos saca a todos los clientes –continuó diciendo Carlos, mientras se rascaba la frente, como preocupado.
-No nos va sacar a ningún cliente, estás loco, se va a gastar toda la guita en vino como de seguro es su costumbre –concluyó Hugo.
Y así continuó la charla, saltando de tema en tema, por los caminos de la vida, hasta que en un momento irrumpió José diciendo:
-¿Vieron anoche el programa Cárceles? El programa que conduce este morocho, que parece uno más de los presos.
-Si, claro, vieron ¿Los presos qué están arrepentidos? –preguntó el Chino.
-Arrepentidos de ser tontos y caer en cana –contestó el Patón con una amplia sonrisa. Todos emitieron alguna carcajada.
-Esos no se curan más, si les encanta vivir así, al filo de la ley, de la plata dulce, es todo verso, ahora son todos mediáticos, los ladrones, los asesinos, los estafadores y los violadores –continuó Hugo.
-Seguro que no ven la hora de salir para afanar, si es lo único que saben hacer ¿Y quiénes son las victimas? Nosotros los tacheros, los que laburamos por la lleca para comer. Esto no tiene solución –expresó José preocupado.
-Si tiene solución, el paredón, no queda otra. Cuando estaban los milicos esto no pasaba, en ese tiempo se vivía tranquilo, todo en orden, al que mataban era por algo, seguro era por algo –dijo Hugo.
Justo en ese momento álgido de la charla, entra al bar otro antiguo comensal que desde hace un tiempo no participaba de las famosas reuniones.
-Cacho querido ¿Dónde te habías metido? ¿Adentro de un caño o estuviste paseando por el caribe? –pregunto el Chino con fuerte voz.
-Pasaba para saludarlos y me voy enseguida, lo que pasa es que las cosas no van tan bien y cada día se me complica un poco más, tengo problemas con el Mauro –contestó Cacho con mucha preocupación.
-¿No me vas a decir que el Mauro está enfermo? ¿Qué le pasó al loco ese? ¿Dejó embarazada a una mina? ¿Qué macana se mandó? –preguntó el Patón.
-¿Macana? Un macanazo, se le dio por tomar drogas, estuve a punto de ahorcarlo cuando me enteré, me lo tuvieron que sacar de encima sino lo mataba antes que la merca. Ahora a la madre se le ocurrió que el hijito tenía que desintoxicase y ahí está como una piltrafa tirado en una clínica. El hijito tenía que haber ido a laburar cuando repitió como cuatro veces la secundaria, pero no, ahí la madre decía: “Cambialo de escuela, dejá que pruebe en la nocturna que es más fácil” y así fue, se le dieron todos lo gustos y ahora es tarde, tardísimo.
-Quedate tranquilo Cachito, todo va a salir bien, los pibes se recuperan y es más, te guardamos tu lugar, nadie lo ocupará hasta que regreses y esto en un par de meses seguro lo tenés resuelto y para lo que necesites contá con todos nosotros –le dijo el Chino como para darle ánimo.
-Gracias queridos amigos, muchas gracias y discúlpenme por no poderme quedar, pero quería pasar a saludarnos y contarles que no los había abandonado porque si. Espero como dijo el Chino, que pronto pueda estar a diario con ustedes.
- Si, seguro, segurísimo –contestaron todos mientras Cacho se marchaba.
- Si, seguro, segurísimo, pobre Cacho. Estos drogones no salen más, tienen los días contados -dijo Carlos entre dientes.
- Seguro, eso de la recuperación es todo un verso, ningún falopa se rehabilita, están unos días internados y cuando salen se chorean una camión de caudales para reponer lo perdido –aseguró José
- También se mueren de sobredosis como una cucaracha que se tomo un balde de K-otrina, como le pasó al gil de Michael Jackson -dijo el Chino risueñamente, mientras Hugo miraba el reloj y continuó diciendo:
- Se esta haciendo tarde, son casi las nueve y media, hay que ir a cenar ¿La seguimos mañana?
-¿ya las nueve y media? La seguimos mañana –concluyó José.
Pidieron la cuenta, después de abonarla y saludarse, uno a uno se fue marchando a su hogar, para seguir la vida tal cual estaba establecida, con sus ideas a cuestas y con esa forma tan particular ver al mundo. Ahora ellos sólo pensaban en que les depararía la cena y el pobre chiche si se podría alimentar. Sabían que tenían una casa donde cobijarse y el pobre Chiche pasaría en la calle la noche más fría del año, pero esto no les importó, porque nunca lo supieron y si lo hubiesen sabido o imaginado seguro le encontraban algún estereotipo de esos que junto a todos sus prejuicios llenan sus mentes.
En un instituto de rehabilitación como en la cárcel, hay muchas personas que quieren recuperarse, necesitan por sobre todo mucha fuerza y el apoyo incondicional de la familia, algunos se aferran a la fe, lo más importante es tener a alguien que los contenga, les de fuerzas para salir adelante y en el momento mas crítico esté a su lado, para poder ayudarlo. También los recuperados necesitan luchar día a día, no solo contra su Karma sino también con los tantos Hugo, Carlos, el Chino, José y el Patón que habitan el país.

domingo, 2 de agosto de 2009

Anexos

Entrevista a Juan José, ex adicto.
En esta entrevista Juan José, nos relata su incursión en la droga, su paso por un instituto de rehabilitación y su nueva vida. En esta primera parte nos comenta como comenzó la pesadilla y cuando decidió terminar con la adicción.

- ¿Cómo Comenzó todo?

- Y empecé a tomar merca, una cosa te va llevando a la otra, los pibes con los
que yo me juntaba todos fumábamos y tomábamos.

- ¿Comenzaste en la escuela?

- No, me empecé a drogar con los pibes de mi barrio, en el barrio donde
vivía yo, Grandoli y Lamadrid, siempre me junté con pibes más grandes, mucho mas grandes que yo, me llevaban 5 o 6 años, yo era la mascota, tenía 14 años y los pibes con lo que yo estaba tenían 20 a 22.

- ¿Y tus padres?

- Mis viejos en cierta forma no tenían un control sobre lo que yo hacia. Mi viejo muy metido en la política, siempre le gustó, militante desde la adolescencia en el radicalismo, laburante, porque laburaba en la municipalidad y tenía una almacén, verdulería y rotisería en casa, en ese tiempo se laburaba mucho, una época buena también en la familia, económicamente.
Había un descuido por parte de mis viejos, a ver, uno cuando hace el tratamiento se da cuenta que la mayor responsabilidad de las enfermedades de un adolescente es de los padres, porque hay un descuido por parte de ellos. Cuando salís de estar internado, salís con un cierto rencor a tus viejos, pero después aprendí a perdonarlos. y saber que con la vida que han llevado, que se yo, mi viejo fue uno de los primeros que puso un rancho en lo que hoy es la villa la lata y él siempre cuenta que no pudo terminar la escuela porque tenía que ir a cirujear para comer. Mi vieja nacida en un pueblito del norte de Santa Fe, campesina, sin saber leer ni escribir. Entonces que les puedo decir a mis viejos, no le puedo recriminar nada, demasiado cariño, amor nos han dado y si hay algo que yo rescato y valoro siempre es que soy un apersona honesta y esto es algo que le debo a ellos.
Han cometido muchos errores mis viejos, porque eso uno lo aprende en el tratamiento, bueno yo tenia 14 años vivía en Grandoli y Lamadrid y me iba a la cancha de Central solo, en el colectivo entre medio de la hinchada, me iba a Buenos Aires a verlo a Central y mis viejos ni sabían, no registraban nada, sabía salir a las 10 de la noche y volvía a las 7 de la mañana.
Te cuento hay cosas que me quedaron grabadas, yo jugaba al futbol, iba a entrenar dos veces a la semana y los sábados jugábamos, no recuerdo de que mi viejo y mi vieja me hayan ido a ver y todos iban con sus padres, ahora yo tenía los mejores botines, es como que ellos priorizaban lo material, no me olvido más de eso, botines con tapones intercambiables marca Ocelote, recién salían, le digo pa quiero eso y me dijo si tomá andá comprátelos, pero nunca me vio cuando los estrené. Son cosas que te marcan, que se yo, a fin de año se hacía la entrega de premios y era todo a la canasta, todos los chicos con el equipo de futbol, el buzo y te llamaban al escenario y te entregaban el trofeo y mis viejos no estaban, esa falta de afecto, son cosas que marcan a una criatura, más en la adolescencia, el tema es en la adolescencia, la adolescencia es crucial.

- ¿Cómo empezaste a consumir?

- Bueno fui probando lo que era la mariguana, la primera vez que fumé fue en
un boliche que quedaba en San Martín y Av. del Rosario, Full Tower se llamaba, lo habían abierto y tenia dos pisos, era la novedad, en la planta baja pasaban rock and roll y arriba los lentos. Fumé y me agarró una locura, que locura que me agarré con ese porro que fumé, por Dios. Esa fue la primera vez y después bueno, ya te vas haciendo del ambiente ya vas fumando los sábados, los viernes.
Para mi la zona sur, lo que es toda esa parte donde yo vivía, los barrios municipales, el fonavi, ese sector lo han dejado para que la gente se mate, que se drogue, que se choreen, hay buena gente que vos podes rescatar, pero eso es un antro de perdición, un desastre. De los pibes que se juntaban conmigo uno se mató en el auto. Bocha murió de HIV, luego murió su mujer, quedó el nene solo que debe tener, la edad de mi hija Daiana, 20 años. Otro de los pibes Pilo que era portador de HIV estuvo internado en el hospital Carrasco, le había agarrado tuberculosis y no se como en el Carrasco consiguió un bidón con nafta, se prendió fuego y así murió. Salió por todos los medios. Otro lo mataron. Otro de mis grandes amigos, eso ya fue cuando me mudé, se ahorcó. La droga te lleva a cualquier cosa. Yo fumaba marihuana y después cuando empecé a tomar merca ahí es cuando empieza el descontrol porque la cocaína mientras vos la tenés está, ahora cuando se te terminó, empezás con el bajón, no tenés merca, no tenés plata y ahí salís a hacer cualquier cosa. Yo nunca me inyecté, no me gustaba le tenía terror a las agujas, pero he estado con pibes que se picaban delante mío y unos de los pibes que murió de HIV, yo lo vi, lo cuento y nadie me cree, de la locura de la enfermedad se sacaba con la jeringa, con el grifo, sangre del brazo y se la ponía en las piernas, en las venas de las piernas, porque él alucinaba, como se había picado en el brazo cocaína que tenía merca en las venas del brazo, entonces se sacaba sangre y se la ponía en las piernas, llegó un momento que se inyectaba en las venas del cuello, todos los brazos, todo picado y flaquito, todo chupado, no, no, no, una cosa es contarlo y otra cosa es ver como muere una persona adicta a la grifa, a la jeringa.

- ¿Y cómo siguió tu vida?

- A mi señora la conocí de chico, cuando tenía 16 años y ella 17 queda embarazada y tenemos nuestra primer hija, nos juntamos y nos vamos a vivir junto a mis viejos, que justo venden la casa donde tenían la almacén y se mudan a Uriburu y 1º de mayo, que es la casa donde viven ahora, en una piecita arriba, allí tengo a mi segunda hija un año mas tarde. Estábamos mal porque sufrieron mucho mis hijas, dormíamos en una pieza los cuatro mal, yo desaparecía dos o tres días, y mi señora me aguantó todo eso, es de fierro. Después que tenemos las nenas yo estaba cada vez peor, le robaba guita a mis viejos, una vez caí en cana por robar una moto, otra vez me dí un palo bárbaro con una moto de un loco, llamaron a mi casa que estaba internado y me había fracturado la mano, era un problema, todo lo que hacía yo era problema. Llegó un momento que era tomar merca todos los días, levantarme y estar a la miseria, muy agresivo, muy violento con todo el mundo, con mi familia. Un día me largué a llorar, no aguantaba más, había estado consumiendo y en el medio del bajón de la merca, a la madrugada, en la terraza de la casa de mis viejos, sentado en el piso, le dije a mi señora que por favor me ayude, que no podía más, que no sabía como hacer, que me quería internar, que no encontraba otra solución.

En esta segunda parte de la entrevista Juan José nos cuenta como fue su rehabilitación.

- Mi viejo siempre con el radicalismo habla con el Dr. Aníbal Reinaldo y él
nos hace hablar con Luis Ferriño que era el presidente de lo que hoy se llama la Comunidad Terapéutica Nazaret, en el momento que me internaron se llamaba Viaje de Vuelta. Hago la primera entrevista, ellos lo que hacen es hacer cinco entrevistas y ahí evalúan si vos estás obligado por tu familia o querés zafar y caretearla un tiempo o decir voy un mes o en realidad vos tenés la necesidad, las ganas de zafar verdaderamente. Yo fui el primer día y les dije, me quiero internar, me quiero internar y en la segunda entrevista me dicen vení la semana que viene. Fui a la semana siguiente y me dijeron, bueno tal día tenés que ir a Cañada de Gómez, me acompaño mi hermano, un momento muy duro, muy dura la despedida con mis hijas, con mi señora, muy dura la primer etapa del tratamiento.

- ¿No te podía ver ni tu familia?

- No, la primera visita es al mes, pero lo más complicado es la desintoxicación,
por las ganas de tomar merca y te agarra diarrea y tenés retorcijones de panza porque el cuerpo te pide y no dormís, das vueltas y vueltas porque te la sacan de golpe. Otra cosa es todo lo que extrañas a la familia, a mis hijas, a mi señora. Mi señora en ese tiempo con el laburo, compró muebles, heladera, televisor, en los 18 meses que yo estuve internado ella compró un montón de cosas que yo nunca hice desde que estuvimos juntos, una mina de fierro.

- ¿En qué consiste el tratamiento?

- Es muy complejo, en primer lugar tenés que pensar que está en riego tu vida,
tenés psicólogos, psiquiatras, médicos, profesor de teatro, profesor de literatura, profesor de gimnasia, ayuda espiritual, terapia individual y terapia grupal. Vos entras con cuatro personas que empiezan el tratamiento en la misma época que vos, entonces se hacen terapias de grupo, terapias con los padres, con los hermanos, terapias con la familia si sos casado, Consejerías. Se llama comunidad terapéutica porque vos vivís en comunidad con gente que está en rehabilitación. Tenés gente que hace 2 días que está, otros 2 meses, otros 4 meses, otros 1 año. Los que hace un año que están son los que te llevan, te guían, te explican todo, tenés prohibiciones, no podes escuchar música apológica a las drogas, no podés cantar canciones de la cancha, no podés utilizar vocabulario callejero, no podés insultar, no podés faltar el respeto, es todo no. Todas las costumbres que tiene un adicto, desde el primer día que entras la tenés que empezar a cambiar, todo tiene un por qué, hay una filosofía que se lleva a cabo y la escribió Dalton Village que es el creador de las comunidades terapéuticas. La comunidad esta dividida en áreas de trabajo, la cocina, ODC (orden de la casa) que son los que se encargan de la limpieza, mantenimiento y administración, a cada uno le dan un área de trabajo, durante la noche se queda una guardia nocturna que se compone de 2 internos con mucho tiempo de internación, cuidando la casa, recorriendo, viendo que nadie se escape, si alguno está mal, si alguno le pasa algo. A las 7 de la mañana hacían el primer llamado, 7:15 el segundo y a las 7:30 había que estar en el comedor, se desayunaba, si vos no estabas a esa hora y por ejemplo llegabas 7:32 había una persona anotando tu llegada tarde y te corría una falta. La misma persona que te anotaba en el comedor después recorría las piezas y se fijaba que estén las camas extendidas, que no haya ropa tirada, o fuera de lugar, si notaba alguna cosa mal te anotaba otra falta y vos iba acumulando faltas. Las faltas en la comunidad terapéutica hacían que vos empieces a cambiar los malos hábitos que traes de adicto. Después de desayunar comenzaba la jornada laboral, sino había terapia de algún grupo. Es complicado muchas veces te lo cuestionas, que hago yo acá, si no vas predispuesto no te lo bancás.

- ¿Cómo es el sistema?

- En el sistema tenés lo que se llama confrontación, vos ves que alguien de la
comunidad terapéutica esta cometiendo un error, entonces te le acercas a esa persona y mirándolo a los ojos, con las manos atrás, le decís: Te confronto ¿Por qué estás tirando basura en el piso? Por ejemplo y la otra persona te dice: Me hago cargo o no me hago cargo. Al hacerse cargo esa persona tiene que revertir esa situación y empezar a tirar la basura donde es debido, pero si vos ves que eso no lo hace los volvés a confrontar y después lo anotabas en una planilla, conjuntamente con una enseñanza que consta en argumentar porque está mal tirar basura en el piso. Después del desayuno delante de todos los internos, se pide que los que cometieron esa falta se paren y luego se lee la planilla. De esta forma se trabaja la honestidad porque si vos tiraste basura en el piso y no te levantas, no te haces cargo, vos estas siendo un trucho bárbaro, el sistema está muy bien pensado.
Había circunstancias de roces y problemas con otros internos, entonces vos tenías lo que se llamaba ronda de sentimientos, donde también usabas una planilla en la que escribías por ejemplo: De Juan José para Héctor. Nosotros estábamos internados en lo que antes era un club y había un frontón, entonces allí armábamos una ronda con todos los internos sentados y en el medio de la ronda se ponían 2 sillas, todo esto coordinado por el director de la comunidad, entonces se sentaba uno enfrente del otro con las manos debajo de la cola y el que escribió el dinámico, la planilla, le manifestaba al otro toda la bronca, en voz alta, no hacia la persona, sino hacia la actitud y le gritaba y se sacaba todo ese pesar, pero sin faltar el respeto. No podías decirle nada fuera de lugar porque eras sancionado. ¿Qué sucede con esto? Uno aprende a controlar sus impulsos y saber que la bronca tiene su lugar y su hora indicada, que es lo que no hace el adicto, el adicto ante cualquier problema te da una piña y listo. Como verás hay un montón de cosas y otras que después con el tiempo las vas entendiendo.

- ¿Cómo fue tu primer visita?

- Mi primera visita fue al mes un día domingo, llovía torrencialmente, la lluvia
había comenzado el viernes y para llegar a la casa había que hacer 4 km de tierra, no entró nadie, nadie. En un tiro entra un tractor y arriba del tractor viene mi señora y mi viejo que traían barro hasta las rodillas, habían hecho como 2 Km y medio o tres por el barro hasta que los levantó el tractor. Lo que yo lloré al verlos, pero mirá la inconciencia mía, que cuando llegaron ni hola les dije, lo primero que me salio fue decirles: - ¿Dónde están las nenas? Y me contestaron: - No las podemos traer con el día así ¿Cómo vamos a hacer? Tenían razón y yo no entendía, lo que han hecho por mi no tiene nombre.


- ¿Alguna vez trataste de abandonar el tratamiento?

- Si eso me pasó a los dos meses, cuando tuve mi primera salida a mi casa, me
la autorizan acompañado por un interno con más antigüedad en el tratamiento que yo. Para salir vos tenías que hacer una carta donde detallabas todo lo que pensabas hacer y una de las cosas que me pesaban, era que yo hacía dos meses que no tenía relaciones con mi señora y yo puse en la carta, me voy a dormir con mi señora. Después que la entregué me llamó el director y me dijo: - Esto tachalo. -¿Cómo? Le pregunte. – Si tachalo. Me dijo. – Pero yo quiero tener relaciones con mi mujer. Insistí – No, no podes vos. - Si querés salir las condiciones las ponemos nosotros. Me dijo. – Yo me voy a la mierda. Le dije enojado. – Te querés ir, andate, agarrá el bolso y andate. Me dijo enojado. Ellos también se tienen que poner duros antes estas cuestiones. No me dejaron tenar relaciones con mi señora. Después con el tiempo comprendí, el adicto no hace el amor, coge, tiene a la mujer como un objeto sexual y usa a la mujer para sacarse la leche de encima. Y los tipos quieren que vos hagas el amor con tu señora. Cuando vos vas avanzado en el tratamiento, los no que tuviste al principio, vas entendiendo que son un montón de si para un montón de otras cosas. Tenés que hacer caso a los límites que te van poniendo y vivir los procesos con su determinado tiempo, no tenés que acelerar los tiempos, porque si lo haces te volvés a drogar. Después con el tiempo me dejaban salir solo, una vez al mes iba a mi casa y podía tener relaciones y todo.

- ¿Qué eran las llamadas consegerías?

- Las Consejerías consistían en una reunión cada dos meses con tus padres para aclarar y hablar cosas, cosas que en los días de visitas no podía hablar, porque ni ellos se tenían que ir mal, ni vos te tenías que quedar mal. Mis viejos tenían reglas que cumplir también, tenían prohibido contarme de la gente de afuera y lo que pasaba afuera de la comunidad terapéutica. Las consejerías con mi señora también eran muy duras, de terminar llorando, muy mal, muy angustiado. Creo que recién ahora puedo decir que las culpas que tenía con señora y mis hijas se han calmado un poco. Las culpas de tanto mal que les hice mientras estuve enfermo.

En la tercera parte Juan José nos relata como comenzó su nueva vida.

- Sabía que al barrio no tenía que volver más, porque era un riesgo, jugar con
los límites y yo no estaba preparado para eso, fue así como me vine a vivir a zona norte y alquilé acá. También no nos dejaban ir a la cancha porque era un riesgo. Siempre recuerdo que en ese tiempo a los que estábamos en reinserción social, la etapa donde vos dejas la internación y salís a la calle. Pablo Valenti uno de los directores que lo quería un montón hizo un asado en la cerrajería del padre que quedaba en Sorrento y Rondeau, compró cerveza Liberty para todos y nos llevó a la cancha a ver el partido de la conmebol, fue la primera vez que fui a la cancha después de salir de estar internado sin drogarme, fue uno de los días mas felices de mi vida. Después con el tiempo uno tiene que tener muchos cuidados, el tema de la bebida alcohólica, los miedos de la familia. Vivo riesgos al salir, por ejemplo a mi me gusta ir a la cancha, a los recitales de rock y está toda la gente fumando marihuana, todo el mundo y eso no es fácil, pero ahora para mi es otra la situación, hace mucho tiempo que salí de estar internado y tengo claro que yo no quiero nada de nada con la droga. Soy feliz con mi señora, con mis hijas y con mi hijo y ya está.
Mirá Héctor hay veces que sueño que me vuelvo a drogar, me despierto, la despierto a mi señora y le digo: -Gracias a Dios que era un sueño. Porque me despierto todo transpirado, como si estuve tomando merca, con esa angustia, esa culpa, ese sufrimiento de tirar todo a la mierda. Esto me pasa, cada dos por tres, estos sueños son horribles. Aparte yo siempre digo, que si vuelvo a fumar un faso, porque le pego una seca, termino empeñando el auto, tarjeta de crédito, vendo todo y me tengo que pegar un tiro, porque no puedo ir a mi casa y mirar a mi señora, porque el sentimiento de culpa que llegaría a tener me mataría.


Entrevista a Ángel y Hernán, ex convictos.

Dialogamos con los ex convictos Ángel y Hernán, que hace aproximadamente 3 años están en libertad y ahora visitan las cárceles para transmitir sus vivencias a los internos, tratando de alentarlos y convencerlos de que afuera es posible vivir sin delinquir. Sus discursos están sustentados por intermedio de la fe evangélica, pero más allá de eso, lo más importante es que tratan de recuperar a personas carentes totalmente de confianza, hasta de los miembros de su propia familia.

Ángel

- La persona que sale de estar detenida y conociendo a Dios como el caso de
Hernán y varios muchachos que estamos en el ministerio carcelario, salimos para servir, dándole a conocer no solo a los internos sino también a la familia que como obro Dios en nosotros va a obrar en ellos. No fortalecemos solamente al interno sino que buscamos también de poder ingresar en el núcleo de la familia y decirles a la madre, a la esposa a los hijos, a los hermanos del detenido que si Dios pudo con nosotros también va a poder con ellos y no crean en la persona créanle a Dios.

- Parece fácil decirlo pero debe ser muy difícil llevarlo a la práctica

- Si claro, yo llevo casi 3 años en libertad, recién ahora, en este mes conseguí
un trabajo estable, antes de eso hice trabajos de vigilancia, de sereno, corté césped, estuve trabajando de albañil, hice de todo, buscando a través de lo que yo aprendí de las cosas de Dios tratar de mantenerme firme con la fe. Yo sabía que Dios no quería que vuelva a estar detenido y él me iba a ayudar de alguna manera. Gracias a Dios siempre se fue dando, hubo personas que se acercaban y sin conocerme me ayudaban, pero fue por la fe en Dios que yo tenía y no fue nada fácil. Primeramente antes que se manifieste de Dios algo bueno, uno tuvo que ser probado a través de las críticas. Unos de mis vecinos es delincuente y para las fiestas mi señora decía: - Por qué no haces como hace el otro, el vecino fue, hizo algo, tiene la heladera llena y le compró cosas paras sus chicos. Vos tanto Dios, tanto Dios y nosotros acá no tenemos nada para comer. Yo por todo esto decía Señor ayudame en esta porque no entendía como hacer. Resulta que por ese tiempo uno de los pastores me da para cuidar la casa de otro pastor que justamente ese hombre tenía un criadero de chanchos y me dijo, yo te voy a pagar pero aparte quiero regalarte un lechón entero para que pases las fiestas. – Gloria a Dios. Dijo Hernán y terminaron ambos riéndose.

- ¿La familia es importante en estos casos?

- Si, en estos casos la persona que estuvo detenida se aferra mucho a la familia, nosotros tratamos de enseñarles a ellos, a través del testimonio nuestro, que no se aferre a la familia, porque muchas veces la familia se levanta en contra, no de nosotros sino de la fe que nosotros empezamos a declarar. En mi caso mi señora, después Dios la fue avergonzando y ahora hay cosas que ella entiende, pero yo tuve que pasar por cosas difíciles, yo le digo a los muchachos, esgárrense fuerte de Dios porque van a pasar mil cosas y no es nada fácil. Yo tengo 5 chicos y vio que a los chicos se le van terminando las zapatillas a uno y a otro, pero un día se le terminaron a 5 juntos y yo no tenía trabajo y no se conseguía, oraba, participaba de las reuniones, participaba de las comisarías, trataba de ir a alguna casa mientras podía y llorando y pidiéndole a Dios que me ayude, no porque no quería delinquir, sino porque no quería que mi familia dijeran que yo estaba creyendo en un Dios falso, si yo estoy creyendo en un Dios vivo y si estas vivo se que vos me escuchás, sabés y sentís lo que yo siento, le digo y me refiero a él como a mi padre. Viejo ayudame, le digo. En ese tiempo uno de los pastores me invita para dar testimonio a una iglesia en barrio Ludueña, cuando voy a ir mi mujer me dice: - ¿A donde te vas? – Me voy a la iglesia, uno de los pastores me llamó. Le digo. – Claro andate, acá tus hijos no valen nada, no cierto. Te estoy diciendo que a tus hijos le falta esto, le falta lo otro ¿Y no hacés nada? ¿Por qué no salís a hacer algo? Tus hijos están descalzos y hace frío. Me dice mi mujer. – Quedate tranquila, algo va a aparecer. De digo. – Si vos con eso ya está y vas fácil. Me dice ella. Yo me fui igual, me fui con una carga tan grande. Pudimos ir dar el testimonio, todo bien, cuando terminamos, el pastor me dice: - Ángel, vos sabes que un hombre que tiene fábrica de calzado en Buenos Aires me dio todo lo que sería una habitación de diferentes calzados para que yo los de para el que yo creía que lo necesitaba, yo sabía que vos tenés chicos ¿Te hacen falta para tus chicos? Traeme el número de tus chicos y yo te traigo. Las cosas se dan pero primeramente hay como una prueba.
Bueno lo que les vine a dar a conocer los muchachos es eso que te cuento, que se aferren fuerte a la fe, que puedan soportar para salir adelante todas las pruebas. Yo recién ahora tengo trabajo fijo con un sueldo en blanco, estable.
Un día me llaman de una iglesia para ser sereno, para poder ayudarme, bueno voy, yo dije debe ser alguna casa algún inmueble, no era en pleno invierno en el medio de un campo ¿Qué estoy cuidando en enmedio del campo? Si no hay nada, simplemente era la actitud de ellos por ayudarme, entonces lo vi de esa manera y los comprendí. Al tiempo dije Señor ayudame porque tengo un frío acá y la iglesia Santuario de Fe en esos días compró un colectivo y los llevó al campo para que también lo cuide y pueda meterme adentro. Por eso te digo, es algo, que yo digo es algo loco, pero hay que ser loco para creerle a Dios, no cualquier persona se atreve a creerle. Por eso te digo que son variados los frutos.

Hernán

- Yo salí de Coronda ya hace 3 años, al principio fue duro, trabajé de todo, de albañil, cortando un árbol, hice de todo y después comencé a vender trapos de piso, empecé de a poquito con $ 20, siempre yo les comento y ahora estoy vendiendo ropa, vendo camperas, vendo buzos, pantalones, nos juntamos con otro hermano, me costó también, pero le creí a Dios, él me había dado una palabra, que todo lo que haga iba a prosperar en mis manos. Hoy en día tengo, gracias al Señor un capital de $ 1000 en ropa, ahora estoy yendo a los pueblos, ya tengo clientes en el barrio que vienen y me compran ropa. Cuesta, pero cuando uno tiene ganas y fe es más fácil. Cuando uno viene a compartir una palabra le da mucho valor a todo eso. Ahora vendo ropa para mí y tengo tiempo para servir a Dios, porque Dios te acomoda todas las cosas pero es un esfuerzo. Primero se me puso duro porque uno ve las circunstancias. Y todos me decían: ¿Y vos vas a vender? ¿Vos vas a vender? ¿Vos vas a poder Vender? Y yo veía que iba a vender y gracias Dios de a poco el Señor me fue bendiciendo, me fue abriendo puertas y así empecé. Mi meta es tener un negocio propio y esa es mi oración y de poder sembrarle a otro hermano que salga, que invierta en ropa y venda conmigo. Esa es mi meta y se puede.
Mi familia quedo impresionada, porque yo empecé con tan poco y le regalé una campera a mi sobrina, a mi mamá, que antes yo nunca lo hacia. Y bueno así empecé, me va bien y todos los días gracias a Dios vendo y no me falta nada. Cuando salí de Coronda me costó mucho primero, tuve unos tropiezos, pero ahí fue donde aprendí y dije: No, no quiero volver nunca más. Y es como que Dios nunca te deja, por eso uno va a las cárceles a sembrar la palabra, porque nunca te podes olvidar de Dios. El señor obró en mi vida y hoy le doy gracias a Dios, mi familia también. Mi hermano es una persona grande que se drogaba mucho y a través de mi nueva vida, él vio y ahora estamos los dos en la iglesia. A veces me pongo a pensar lo que era, nosotros teníamos una pieza y vivíamos los dos ahí totalmente drogados. El otro día estaba con mi hermano orando, compartiendo la palabra con mi familia y eso es algo increíble, por eso son cosas que uno las valora y se las agradece todos los días a Dios.


Visita al pabellón de la comisaría Sub. 19 del barrio Las Flores de Rosario.
Esta entrevista fue realizada a 14 presos recluidos en el pabellón de la comisaría Sub19 ubicada en barrio Las Flores de la ciudad de Rosario. Cabe destacar que todos los convictos profesan el evangelismo, como una forma de vida. Su casa mientras estén en prisión, como ellos la llaman, la transformaron en una iglesia, las paredes están pintadas por ellos con imágenes religiosas y fragmentos de la Biblia.

- ¿Todos son creyentes?

- Si. Contestaron todos al unísono.
- Las personas que ya están detenida acá en Rosario ya saben que comisarías son cristianas, entonces los que profesan la fe y están buscando a Dios piden traslado a las comisarías cristianas. Hay otras comisarías que los presos no quieren saber nada y es allí donde se forman motines. Dijo Ángel

- ¿Tienen normas para cumplir?

- Si claro, acá no entran cigarros, no entra nada acá, nadie fuma, ni se droga ni nada, acá no se rompe, se arregla y es más cuando la casa es también la casa de Dios más todavía. No se escupe en el suelo, se mantiene todo limpio, el baño todo ordenado, cada uno tiene sus tareas y así nos manejamos. Esto lo toma uno como un cambio de vida, no como conducta, siempre lo digo y se lo digo a las autoridades, la conducta tarde o temprano se termina pero cuando uno cambia de vida totalmente, es distinto porque ve las cosas de otra manera, trata a la autoridad como tiene que ser, se le respeta y acá tienen todos la posibilidad de venir a cambiar. Uno acá se levanta de otra manera, despabilado, por así decirlo y no drogado como vivía antes y valora más a la familia, y ve las cosas que antes estando perdido no las veía y muchas cosas así que gracias a Dios hoy la podemos vivir, porque reina Dios en este lugar. Una cosa es que a uno se lo cuenten y otra es que uno lo experimente, hoy vivimos así, con cristo en nuestro corazón y queremos seguir así, esa es la intención de cada uno. Dijo Rubén

- Esto hace un año atrás no era así, esto estaba todo oscuro, apenas una lucecita, no había la limpieza que se ve ahora y el cuidado que existe ahora, normalmente en los penales se rompe todas las cosas que puedan haber. Dijo Eduardo Rivello, Pastor.

- En este lugar tenés heladera, plancha, un baño digno, en este lugar tenés para comer con una cuchara, con un tenedor y podes comer en un plato, en otro lugar tenés que estar comiendo de un taper en el suelo con 8 piernas (8 internos), tenés que estar rompiendo botellas o tubos de dentífrico para hacerte una cuchara y acá podes comer en
una mesa y este cambio es parte del esfuerzo de todos los que quisimos cambiar. Dijo Jorge.

- ¿Es complicado vivir en este lugar tan reducido?

- Si es complicado en un lugar tan reducido, cuanto mucho podrían vivir 4 personas y están 14 y hasta ayer había 23. Dijo Eduardo Rivello, Pastor

- Más allá que esto sea chiquito nos sentimos con mucha libertad, no nos sentimos más con esa presión, con esa tensión, hoy esperamos la hora que nos digan fulano te vas, eso es lo que esperamos, mientras tanto nos vamos preparando para salir afuera e insertarnos en la sociedad, para nosotros el recibir a cristo, el estar vivo, más allá de los testimonios que hay de estar a punto de la muerte, el estar vivos es una oportunidad que Dios nos da y que tenemos que aprovechar. Dijo Rubén


- ¿Cómo es el trato con las autoridades?

- A nosotros nos tocó estar de este lado y a las autoridades a cumplir su función, en la Biblia dice que toda autoridad está puesta por Dios por lo tanto hay que respetarla. En otras comisarías que no son cristianas a los detenidos no les importa nada, no cuidan, la rompen toda y esto acá hace tiempo era así, ve el techo, ahora esta pintado, pero fíjese bien, en la losa faltan fierros, fierros que los arrancaban de ahí y fabricaban armas para lastimarse. Dijo Hugo

- Este era un penal para castigo, el otro día hablaba con uno de los jefes y el me decía que estaba asombrado de cómo cambió este lugar. Acá 3 a 4 veces por día tenía que venir la guardia armada a solucionar los problemas y un montón de situaciones. Hoy es otra cosa, evidentemente que todo este cambio no lo produce un entretenimiento ni una religión, lo produce una nueva vida en cristo que es lo que siempre estamos nosotros anunciado y proclamando. Dijo Eduardo Rivello, Pastor

- ¿Ustedes dejaron el alcohol y las drogas con algún tratamiento?

- El único tratamiento es con Dios, vos le entregás el corazón a Dios, le entregás la mente, le entregás el alma y te encomendás todas las mañanas a Dios, le pedís fuerza cuando vienen esas tentaciones y vos le tenés que decirle a tu esposa que no te traigas mas drogas, que querés conseguir de Dios, que querés conocerlo a Dios y el Señor te saca todo el vicio. Dijo Carlos

- Acá es un trato directamente de Dios con el hombre, por la situación que se vive, no es porque no sirva otro tipo de rehabilitación, pero acá no hay asistencia psicológica, ningún tratamiento médico para dejar la droga, acá no hay ninguna terapia, ningún programa de rehabilitación del gobierno como para que los adictos se puedan recuperar. Ellos la dejan por su relación y compromiso que toman con Dios, dios los libera y los saca de esa situación. Acá hay que arreglársela por fe, no hay otra manera. Si te duele una muela tenés que arreglártela por fe, hay que creer en Dios que no te va a doler más y punto. Dijo Eduardo Rivello, pastor

- Al principio es todo una lucha, hasta que uno quiere estar mejor y podes estar mejor, cuando encontrás el camino y te das cuenta que con cristo se puede y cuando te encomendás a Dios todas las mañanas y las noches te das cuenta que ya es otro sueño, ya es otra manera de descansar. Dijo Carlos.

- Esta pregunta se la dirijo a Hernán y Ángel que están en libertad y me la van a poder contestar. ¿Qué ocurre cuando salís y te volvés a encontrar con la gente que estaba en la misma que vos?

- Bueno, ese es el choque de ellos hacia nosotros, yo tengo personas que me conocen de antes y no pueden tolerar la tranquilidad y la paz que tengo, me ven que no tengo nada, que no tengo ni un peso pero estoy tranquilo y confiado y se que Dios me lo va a dar y esta gente no pueden tolerar eso, los pone mal. Lo internos cuando salgan se van a enfrentar a muchachos, que todavía estén atados a la droga y no van a entender como ustedes pueden andar sin una pastilla, sin salir los fines de semana y andar de caravana, y se lo van a cuestionar. Dijo Ángel

- Muchas veces esta la cargada y te dicen: ¿Te haces el hermanito ahora? ¿Te hacés el pastorcito? Cuesta, pero bueno esta en uno. Por ejemplo en mi caso, en los años que estuve preso nadie se acordó de mi, ni me dio nada, entonces cuando me vienen a cargar, les digo: Yo con vos no tengo ningún compromiso, vos nunca te acordaste de mí cuando estuve preso y no me diste nada, que Dios te bendiga, cuando necesites algo de Dios vení a buscarme y yo te lo haré conocer con mucho gusto. Otras veces, me han dicho: Vení negro a tomar un porrón o a fumar un porro y yo le contesto: Que Dios te bendiga, yo estoy en otra. Uno tiene que poner los límites, si me querés para bien, todo bien, pero si me querés para mal, no contés conmigo. Antes me cargaban más, pero ahora me respetan, me ven diferente. Yo siempre le digo a los internos que el primer enfrenamiento con el que se van a encontrar es con la gente que los conocían, los ex amigos, si se los puede llamar así. Cuando uno esta acá los amigos desaparecen pero cuando uno sale en libertad, te proponen cosas malas o se ríen de vos. Dijo Hernán


- ¿Cómo se preparan para la vida en libertad?

- Sabe que hay madres y esposas que están contentas que sus familiares estén aquí adentro y no porque estén presos sino porque están contenidos en la droga, en el alcohol y están buscando un cambio y quieren que sigan así, muchas se ponen mal cuando salen en libertad por miedo a que sus vidas vuelvan a cambiar. Dijo Ángel

- Esto es un centro de entrenamiento, que trata de prepararnos para la vida en libertad, uno de los objetivos que tiene la iglesia implementada dentro de los penales es formar a gente que pueda ayudar a otros no solo en este ámbito sino también en otros penales donde no existe esto. Dijo Eduardo Rivello, pastor

- Ya nos vamos formando otra mentalidad, sabemos en quien confiar y en quien
no y a la hora de buscar trabajo, sabemos que depende de uno, si querés un trabajo como explicaba el hermano, te vas a tener que levantar a las 6 de la mañana, agarrar tu bicicletita, agarrar el diario y ya salir a buscar, no es que Dios lo va a agarrar y te va a dar el trabajo. Tenemos que poner nuestra parte, el esfuerzo, la voluntad de uno mismo. Así como tenemos la voluntad de dejar todo lo malo y querer cambiar, también tenemos que hacer lo mismo con el trabajo, pero es tampoco tan difícil porque vamos apoyados con la confianza de Dios y encomendados en él, solo con esa confianza conseguiremos las cosas. Dijo Carlos

- ¿Cómo viven cada día en prisión?

- Tenemos una confianza en algo establecido como un fundamento, creemos en Dios. Usted no se imagina la lucha que tenemos todos los días porque la familia quedó sola, los hijos, la mujer y nos preguntamos: ¿Cómo sacarán ellos para comer? Esas luchas existen todos los días, pero nosotros confiamos que Dios los va a ayudar y pasa así. Dios le da, no viven en el lujo pero para comer no les falta y nosotros tenemos una base que es creer a Dios y el Señor se mueve por tu fe y la fe mueve las manos de Dios. Los regímenes que existen son cada vez más pesados y la gente sale cada vez mas resentida, lo único que se habla dentro de las cárceles es de violencia y piensan que haciendo más cárceles van a solucionar esto. Nosotros entendemos que lo único que puede cambiar a las personas es un remedio para el corazón, porque hay remedio para todo, pero para el corazón el único remedio es Dios. Dijo Hugo

Acercamiento a Chiche

Chiche es una persona tranquila, pacífica y hasta se muestra muy amable para agradecerme algún cigarrillo, no le gusta hablar de su vida, sabe como ponerle fin a los diálogos, se muestra reticente a las preguntas y las evade. Más de dos palabras no le he podido sacar, sólo que se llama Roberto. Parece también no aceptar más de lo que pueda llegar necesitar, quizás porque no quiere conversar, ser invadido o piensa sólo en el momento, sin analizar que mañana le pueda llegar a faltar y me lo demostró cuando me le acerqué por primera vez y me aceptó un cigarrillo, se lo veía muy contento y me dijo que era para fumarlo más tarde, al notar su alegría le ofrecí otro para que lo fumara y no especulara con el que ahora tenía, pero como si no entendiera me dijo gracias, pero ya tengo este para después.

He estado también algún tiempo observándolo, pasa muchas horas del día recostado a unos 45 grados con respecto a la horizontal sobre varios colchones, tapado con una frazada cubierta con un plástico y con su boca forma un perfecto círculo y sopla, como queriendo hacer anillos de humo, sin humo. También lo he visto tomando mates en un vaso de plástico, los saborea y parece que los disfruta, porque cuando lo hace se lo ve muy contento.

Chiche, esta figura que casi todos conocemos, que deambula por las calles de Rosario y vive junto a las palmeras de Boulevard Oroño, ese personaje tan público como olvidado, que es observado meramente como un atractivo turístico, para sacarse una foto, en el que no reparamos ni tenemos en cuenta sus necesidades y le decimos pobre loco sin darnos cuenta que simplemente como muchos otros son victimas de esta sociedad injusta.

A continuación les dejo algunos de los link que hablan de Chiche, la página tan mediática de Facebook y como se mostró esa noticia en algunos medios digitales.
La pagina de Facebook
Rosario3.com
Minuto Uno de Buenos Aires
La voz del interior de Córdoba
Diario Uno de Santa Fe
Diario el Liberal de Santiago del Estero